Mientras viajaba en el colectivo de regreso a mi casa, una frase impresa en la hoja de un libro que llevaba un pasajero captó mi atención: “Amar es encontrar en la felicidad de otro, tu propia felicidad” (Gottfried Leibniz.). Y me puso a pensar en ello, a decir verdad me distrajo, vale aclarar que no fue mi mejor día, a lo cual me ayudo un poco a poner los pies en tierra firme.
El amor, es un tema tan natural, cotidiano , aparece a diario en temáticas como las películas, los textos, e incluso las conversaciones habituales entre diversas personas, sin embargo, si bien todo el mundo alude a el como un sentimiento repleto de felicidad, por mi parte considero que así como el mismo es "único" esa cualidad lo torna meramente indescriptible, y cada uno puede acercarse a el únicamente con el sistema de valores que internalizó . Así habrá acepciones repletas de la mas pura calma e armonía, y otras tantas cargadas de penurias y lamentos.
A decir verdad estoy enamorada, de un hombre que despierta en mi sensaciones de ternura, paz, y completa felicidad, así como también en determinados momentos me dan ganas de "matarlo" .No soy una persona demostrativa a nivel verbal, lo mio pasa mas por lo escrito, no por "verguenza" sino porque es mi forma de exteriorizar el amor. Muchas veces solemos tener nuestras discusiones, como cualquier pareja en la Tierra, pero hoy entendí que esto no se trata de lados o de doblegar al otro a una idea determinada, sino de entender que al ser personas diferentes, vemos y entendemos nuestro amor de una forma diferente y si bien tenemos la dicha de compartirlo, no tenemos porque observarlo desde la misma perspectiva.
A su vez, nuestra concepción diferirá de la de otras parejas y tal vez, aún así, nadie llegue al "real" concepto de amor. Porque "mi" amor, no tiene que ver con "tu" amor y muchos menos con "el" amor.
A decir verdad cada día me asombro de los aspectos que voy descubriendo del mismo, es tan solo cuestión de llegar a entender que es parte de un todo, pero prefiero rescatar que realmente es una sensación sublime, y a diario doy gracias de poder sentirla y compartirla con una persona que es extraordinariamente dulce, y radiante.